viernes, 11 de enero de 2013

Dragon Mart Cancún un proyecto que se resquebraja

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Alejandra Serrano, directora de la Oficina Sureste del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), señala la gran cantidad de ilegalidades en materia ambiental en las que ha incurrido la empresa Real Estate Dragon Mart. El desarrollo de este centro de exhibición y venta de productos sería el más grande centro de negocios y cooperación de China en América Latina. Hasta ahora el proyecto se ha enfrentado, no solo al rechazo de los ambientalista, sino al de los empresarios que lo ven como una competencia inequitativa.
En el caso cada vez más remoto de que se aprobara este proyecto, el centro de negocios abarcaría 122 mil metros cuadrados, con 3040 locales comerciales, además de una zona inmobiliaria de 60 hectáreas con 1, 250 casas y conjuntos habitacionales para las familias chinas que trabajarían en el lugar. El proyecto se tiene planeado en el municipio de Benito Juárez, Quintana Roo, cerca del área natural protegida Arrecife Puerto Morelos.

Bajo el terreno donde se pretende construir este complejo industrial se encuentra un río subterráneo conectado al mar y a la zona de arrecifes de Puerto Morelos, su contaminación no es algo que la empresa haya considerado en su informe de Manifestación de Impacto Ambiental.
De acuerdo con la abogada del Cemda, la empresa ha incurrido en diversas ilegalidades, entre ellas, el incumplimiento con el Programa de Ordenamiento Ecológico del Municipio de Benito Juárez, en lo que corresponde al porcentaje de desmonte; con la Ley de Fraccionamiento de Quintana Roo, respecto a que no se han dado a conocer las características de las viviendas que se van a construir, y en lo relativo al cumplimiento con las disposiciones sobre acceso a la información y consulta pública.

Otra irregularidad muy importante es que la autorización de Manifestación de Impacto Ambiental, que fue otorgada el 6 de septiembre de 2012 por parte del Instituto de Impacto y Riesgo Ambiental (INIRA), en realidad, comenta Alejandra Serrano, no tiene validez, pues de acuerdo con el artículo 28 fracción X de la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LEGEEPA), toda obra que se lleve a cabo en ríos, lagunas y humedales que estén conectadas al mar deben ser evaluados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y no por una institución local como se hizo para el caso de este centro de negocios.

Aunque hasta ahora Juan Carlos López, director general de Dragon Mart en México, ha expresado que el proyecto cumple con los principales requisitos, lo cierto es que aún no ha presentado proyección alguna ante la Secretaría de Economía, no ha obtenido la licencia de construcción por parte del municipio de Benito Juárez, ni tampoco la autorización correspondiente para la extracción de agua y uso del acuífero de la zona.

Con relación a la cuestión política, el periodista, Jenaro Villamil ha señalado que detrás de Dragon Mart Cancún hay un “enfrentamiento entre empresarios cercanos a Enrique Peña Nieto –como Francisco Funtanet, dirigente de la Canacintra– que se oponen al proyecto y los promotores de éste, empresarios vinculados con Vicente Fox y su familia y apoyados por los priistas Félix González Canto y Roberto Borge Angulo, exgobernador y gobernador de Quintana Roo, respectivamente.”

Dragon Mart, un centro de negocios del que muchos tenían certeza de su construcción, ha puesto una vez más en evidencia la serie de corruptelas de los gobiernos, además de la impunidad y la falta de transparencia con la que se desenvuelven algunas empresas.

Ante tantos intereses encontrados y ante el fuerte rechazo expresado por la sociedad civil, quizá, Dragon Mart, quede finalmente como sólo un proyecto, una idea.


Adriana Aguilar

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